Hacer un safari en bicicleta es una experiencia única pero exigente. No sólo hay que estar en buena forma para soportar el esfuerzo requerido y las altas temperaturas. Estarás rodeado de fauna salvaje así que más vale que extremes las precauciones y no te despistes durante la ruta.

Si has viajado a África con anterioridad quizá te tiente la idea de hacer un safari en bicicleta. Esta clase de recorridos son muy diferentes a los trayectos a bordo de un 4X4 ya que el contacto con el entorno y los animales es mucho más directo.

Por desgracia, al igual que ocurre con los safaris a pie, montar en bicicleta por parajes salvajes y terrenos irregulares no es algo que esté al alcance de todos. Por supuesto, si viajas con niños te recomendamos que optes por un safari tradicional en coche porque los más pequeños de la casa tienden a cansarse más fácilmente.

Hacer ciclismo en Tanzania, por ejemplo, es todo un reto. Además de tener que pasar kilómetros pedaleando tienes que estar ojo avizor para no tener un accidente o ser amenazado por algún animal ala que te has acercado demasiado.

Obviamente, siempre que vas de safari tienes que contar con los servicios y la ayuda de un guía profesional. Esa persona te mostrará las sendas más seguras y podrá indicarte las zonas en las que se necesita escolta.

No olvides que en muchos parques o reservas naturales del continente africano las fieras vagan en libertad y somos los seres humanos los que tenemos que poner los medios para protegernos de posibles ataques. Un elefante, un león e incluso una inocente gacela son muy diferentes a cualquier animal doméstico.

De hecho, por lo general, los safaris en bicicleta suelen estar restringidos a los lugares en los que no hay depredadores al acecho. Un ejemplo lo encontramos en el Parque Hells Gate situado en Kenia.

Como imaginarás, uno de los inconvenientes a la hora de hacer un safari en bicicleta es la dificultad de transportar las cosas. Lleva sólo lo imprescindible y ponte ropa fresca y resistente que pueda protegerte en caso de que sufras una caída.

En suma, hacer un safari en bicicleta no es una de las alternativas más comunes entre los viajeros pero resulta muy gratificante. Si estás preparado para darle a los pedales unos cuantos kilómetros al día volverás a casa con recuerdos imborrables.

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