Contemplar la técnica de caza de la leona es todo un espectáculo. Ser eficientes a la hora de conseguir alimentos es crucial para la supervivencia de la manada. Por este motivo, estos felinos tienen muy claro cuál es la mejor estrategia para abatir a su presa. ¿Quieres saber cómo lo hacen?
Quizá te haya llamado la atención que este artículo se titule la caza de la leona y no del león. Esto se debe simplemente a que los machos no suelen formar parte activa de las expediciones de caza. La razón no es otra que la enorme envergadura de estos ejemplares.
Un león macho adulto puede alcanzar los 250 kilos de peso. Ni que decir tiene que esto no es lo ideal si se trata de perseguir manadas de herbívoros a la carrera. Las hembras, por el contrario, son más pequeñas y ágiles así que ellas se encargan de proporcionar el sustento al grupo.
El trabajo en equipo es la clave. Algunas leonas son más fuertes y otras más rápidas por lo que no resulta raro que unas se encarguen de correr detrás del objetivo que les servirá de almuerzo mientras que otras son las responsables de mantener al desafortunado animal en el suelo y desgarrarle.
Vamos a ir paso a paso para hacernos una idea general de todo el proceso. Lo primero es escoger una manda de búfalos, gacelas, cebras… Una vez que las leonas se deciden a atacar comienza el espectáculo. Normalmente, dos de ellas se adelantan para hacer que que el grupo de presas potenciales se disperse.
En medio de la confusión se elige un objetivo concreto que por lo general será aquel individuo de la manada que presente mayores signos de debilidad. Crías, animales heridos o rezagados a causa del cansancio son sólo algunos ejemplos.
¿Sabías que la velocidad media que puede alcanzar una leona es de unos 60 kilómetros por hora? Suficiente para situarse a una distancia adecuada para derribar a la presa con sus garras y sujetarla. La ayuda llega un momento después cuándo las otras leonas más lentas se abalanzan sobre el lomo de la víctima para impedir que escape.
Ahora toca el golpe final. Las leonas hincan sus dientes en el cuerpo del animal que yace tendido en el suelo y una de ellas le tapa la nariz y la boca con sus propias mandíbulas. En unos pocos segundos la falta de aire hace que la presa quede inconsciente e incapaz de defenderse.
Podrías pensar que por fin las leonas han obtenido su preciado botín y pueden comer tranquilas pero nada más lejos de la realidad. El macho dominante de la manada tiene derecho al primer bocado y hasta que él no lo permita las leonas, los machos más jóvenes y los cachorros no se acercarán.
Como has visto, las técnicas de caza de la leona se basan en la cooperación. Pertenecer a una manada fuerte es vital para estos grandes felinos si quieren sobrevivir ya que la velocidad y el tamaño de sus presas no les permiten tener éxito en un ataque en solitario. ¡La unión hace la fuerza!