Hacer un safari a pie es muy diferente a recorrer la sabana subido a bordo de un confortable 4X4. No sólo tendrás que llevar a cabo un mayor esfuerzo físico sino que también deberás extremar las precauciones para no sufrir ningún percance debido a la proximidad de los animales salvajes.

Prepararse para iniciar la ascensión al Kilimanjaro, ver de cerca el cráter del volcán Empakai o simplemente perderse por los campos de té de Kericho. Pasear por África es toda una experiencia y hay muchas rutas disponibles para los que prefieren valerse de sus piernas para adentrarse en terrenos desconocidos.

Sin embargo, un safari a pie es algo que no está al alcance de todos. Por ejemplo, si viajas con niños deberás tener en cuenta que los menores de 14 años no pueden participar en esta clase caminatas. Y algunas veces, esta limitación se extenderá hasta los menores de 16 años.

Ir por la sabana andando te permitirá apreciar el paisaje africano desde un punto de vista totalmente diferente. Aquí los pequeños detalles como las flores o los insectos cobran protagonismo aunque eso no significa que no puedas avistar depredadores y grandes manadas de herbívoros.

Eso sí, en este tipo de rutas se hace especialmente importante que respetes en todo momento las directrices sobre qué no debes hacer en un safari. No puedes esconderte detrás de la cámara de fotos sin prestar atención a lo que ocurre a tu alrededor porque un paso en falso puede desembocar en un accidente indeseado. Obedece las indicaciones de tu guía y no te despistes.

Por lo que respecta a la ropa, basta con que sigas las mismas normas de vestimenta que en cualquier otro safari. Elige prendas con las que puedas cubrir brazos y piernas para que no te piquen los mosquitos ni te arañe la vegetación. Los colores claros y los tejidos de algodón son tus mayores aliados para combatir el calor.

Por supuesto, es imprescindible que uses el calzado adecuado para caminar por terrenos irregulares y silvestres. Las botas de senderismo son ideales pero nunca te aventures en la sabana con zapatos nuevos que pueden estorbar tu movilidad o causarte molestias innecesarias por culpa de las ampollas.

En suma, hacer un safari a pie es una experiencia inmersiva durante la cual podrás observar plantas y animales de primera mano. Te sentirás como un auténtico explorador rodeado por la naturaleza más exótica.

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